La Biblia Habla
Durante estos últimos meses, en muchas ciudades del mundo, hemos vividos momentos muy difíciles. La gente se hiere y se mata. Hay combates, y destrucciones. Nuestro padre del Cielo, Dios, el Creador del universo, lo ve todo.
En la Palabra de Dios, leemos que, en la gran ciudad de Nínive, la gente había hecho cosas muy malas. Entonces, Dios habló a Jonás y le entregó una gran misión. (Puedes leer eso en la Biblia, en el libro de Jonás.)
–Ve a Nínive y di a todos que mi ira estallará contra ellos.
Pero Jonás no quiso ir a Nínive; cogió un barco que iba hacia otra cuidad llamada Tarsis, del otro lado, pensando que, de esta manera, podría huir de la Presencia del Señor.
–> ¿Y tú? ¿Qué piensas de eso? ¿Podemos escondernos de Dios? … ¡Tienes razón! ¡No, no podemos!
Entonces Dios, el Eterno, hizo soplar sobre el mar un viento muy fuerte y una tormenta tan grande se elevó que el barco podía hundirse. Los marinos tuvieron miedo y oraron cada uno a su dios.
Pero… ¿dónde estaba Jonás? Estaba durmiendo al fondo del barco….los hombres de la tripulación despertaron a Jonás que les dijo:
-Yo soy el que atrae sobre ustedes esta gran tormenta porque huyo la Presencia de Dios, el Creador del cielo y del mar, por no obedecerle. Tómenme y tírenme en el mar y el mar se calmará.
Entonces, le lanzaron al mar y la ira del mar se calmó.
¡Dios hizo venir un GRAN pez que tragó a Jonás! Se quedó tres días y tres noches dentro del estómago del pez ¡Qué asco! hasta que aceptó al final obedecer a Dios. El Dios Eterno habló al GRAN pez que vomitó Jonás en la playa
Dio habló otra vez a Jonás diciéndole que fuera a Nínive y…esta vez, por fin, Jonás obedeció y dijo a todos que Dios proclama que la cuidad será destruida en cuarenta días.
Los habitantes de Nínive creyeron esta terrible palabra de Dios y todos pidieron perdón. No comieron durante tres días, incluso el rey. Todos llevaron ropa vieja !los animales también!
Dios vio lo que hacían y que renunciaban a su mala actitud y a los actos de violencia. Entonces Dios no destruyo a Nínive.
Efectivamente, el Señor es lento para la ira. Siempre advierte antes. Si, Dios desea que pedimos perdón y que vivimos con El y por El. Salmo 103:8 al 13
¡Se puede gracias a Jesús!
Tu amiga Laura: