La Biblia Habla
El miedo algunas veces puede ser una emoción muy fuerte. Es bastante común escuchar a los niños decir algo como, “¡No estoy asustado!” … pero eso no siempre es verdad.
Echemos un vistazo a lo que dice en el Evangelio de Mateo, capítulo 14, versículo 22 al 33:
Una noche, Jesús les pidió a sus amigos que fueran al otro lado del lago y que lo esperaran allí. Pero el viento empezó a soplar fuerte y encontraron muy difícil remar. A las 3 de la mañana, aún no habían llegado al otro lado.
Era de noche y ellos vieron a Jesús viniendo hacia ellos caminando sobre el agua. Fue tan increíble que su miedo aumentó. ¡Primero la tormenta, después Jesús caminando en el agua! ¡Ellos pensaron que habían visto un fantasma y empezaron a gritar!
Jesús les dijo, “Tranquilos! Soy yo. ¡No tengan miedo!
Pedro quería asegurarse y dijo, “Si verdaderamente eres tú, pídeme que camine hacia ti sobre el agua”. Pedro era muy valiente.
“Ven, entonces”, respondió Jesús. Pedro descendió del barco y empezó a caminar sobre las aguas hacia Jesús.
El viento estaba soplando muy fuerte y Pedro vio las olas volverse más y más grandes. Empezó a asustarse de nuevo y empezó a hundirse en las aguas, exclamando, “Señor, sálvame”. Inmediatamente, Jesús extendió su mano, y juntos regresaron al barco.
Los demás en el barco habían visto todo y dijeron a Jesús, “Jesús, ¡verdaderamente eres el hijo de Dios” !, justo cuando llegaron al otro lado del lago.
Que noche había sido para los amigos de Jesús. Habían estado muy asustados, pero Jesús no los abandonó. El los había visto y había venido a ayudarlos.
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Probablemente tú has estado asustado en algún momento. Bueno, solo recuerda que todo el mundo se asusta. El miedo es normal. Algunas personas dicen que solo los débiles se asustan… ¡Esto no es verdad!
Por ejemplo, podemos tener miedo cuando alguien se burla de nosotros, miedo de no ser lo suficientemente fuertes, o miedo de ser castigados. Puedes estar atemorizado por ver determinadas películas, o miedo de los ladrones, o miedo de algún tipo de animales. Personas discutiendo o peleando también pueden darnos miedo.
En la primera parte de la Biblia, el Antiguo Testamento, un hombre llamado Jacob estaba dormido en medio del desierto, y mientras estaba durmiendo, vio ángeles subiendo y bajando en lo que parecía una gran escalera. Se levantó y llamó ese lugar Bethel que significa Casa de Dios. Dios estaba allí y Jacob escuchó estas palabras, “Si. yo estoy contigo y te protegeré dondequiera que vayas…” (Génesis 28:15)
Jesús prometió, “… Y tengan por seguro esto: que estoy con ustedes siempre, hasta el fin de los tiempos” (Mateo 28:20).
El apóstol Pablo, escribió en Timoteo para hacerle saber que Dios nos ha dado espíritu de poder, amor y sabiduría.
Tener miedo es normal, pero recuerda que tú puedes ser más poderoso que tu miedo… con Jesús.
