Esculpió, en efecto, Moisés una serpiente de bronce y la puso en la punta de una asta;
cuando uno cualquiera era mordido por una serpiente, miraba a la serpiente de bronce y se recuperab.
Esculpió, en efecto, Moisés una serpiente de bronce y la puso en la punta de una asta;
cuando uno cualquiera era mordido por una serpiente, miraba a la serpiente de bronce y se recuperab.