Tuvimos que volver a Bangui, en la República Centroafricana. Nos habíamos mantenido en contacto con el pastor Mauricie GOELEYEN del centro Betania y el pastor Néstor, responsable de AME-CA, pero solo gracias a las redes sociales debido a la pandemia de Covid 19…
Se había acondicionado una pequeña casa en el Centro Betania para mi corta estancia del 17 de febrero al 28 de marzo. Encontré a los niños durante el descanso de la mañana con una comida rápida. Finalmente, pude encontrar a los niños de la Casa- Refugio con el personal, Maman Rose, Mariette, siempre en sus puestos, atentas a las necesidades de estos niños golpeados por la guerra y la gran pobreza de las familias, Inés, Karine, y Néhémie, la joven guardiana.
Cristianos de Luxemburgo habían financiado las reparaciones y el embellecimiento de esta Casa-Refugio: pinturas, techos, rejas en las puertas y ventanas
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El sábado 25 de febrero, una gran fiesta reunió a los habitantes del barrio Fátima y se ofreció una buena comida a más de 150 niños. Las madres también recibieron una bolsa con arroz, pasta, aceite, y una hermosa tela para cortar ropa. Se proclamó las Buenas Nuevas de Jesús y muchos acogieron a Jesús en sus corazones. ¡Súper! ¡Súper!
Un centenar de jóvenes se habían formado para compartir el Evangelio con los niños durante esta estancia. Hubo mucha alegría en la graduación.
Finalmente con el pastor Néstor, conocí a los niños y adultos de una iglesia un domingo en la montaña. ¡Si, el gozo del Señor es para todos!
Una estancia corta pero la Presencia del Señor estuvo con nosotros. Jesús ha resucitado realmente y el Espíritu Santo toca tanto a los más jóvenes como a los mayores.
