Esta es la tercera vez que Edwina había estado en la República Centroafricana conmigo (Alain).
Nosotros estuvimos muy complacidos al descubrir que nuestro equipaje había llegado al aeropuerto de Bangui, ¡No siempre sucede así! Las fuerzas armadas de las Naciones Unidad están todavía allí, manteniendo la paz.
Pronto nos encontramos una vez más en la Casa de Refugio en una de las áreas más peligrosas. Dios nos protegió. Adultos y niños, a menudo muy angustiados, sin embargo, nos dieron la bienvenida con gozo, cantando y orando.
El pastor Maurice también tenía algunas sorpresas para nosotros: un pequeño puente a la nueva puerta de hierro, un tobogán de madera y una choza de paja en el patio. ¡Fantástico!
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Muy rápido Edwina y Yo ayudamos a que las habitaciones volvieran a estar ordenadas ya que había habido bastante daño durante el año.
Los niños estaban felices al descubrir los juegos nuevos, muñecas, libros de la biblioteca y materiales escolares.
Nos enfrentamos a fuertes lluvias que inundaron parte del patio de la Casa de Refugio y causaron varias goteras a través del techo…pero fueron rápidamente reparadas.
Un sábado, pudimos capacitar a miembros de una iglesia que comunican la Palabra de Dios a los niños y con Alan, Edwina enseñé en la Facultad de Teología por primera vez.
Dios ama a los niños y los niños aman a Jesús.
Finalmente, el ultimo Domingo, el Pastor Maurice, nos llevó dentro del bosque ecuatorial para compartir la Palabra de Dios en una iglesia perteneciente a la Misión Bethanie… y allí conocimos algunos de los pigmeos.
Bye for now, children…until the next time.
We continue to pray for all the children and the churches, for Pastor Maurice, and for his team.
Adiós por ahora, niños… hasta la próxima.
Nosotros continuamos orando por todos los niños y las iglesias, por el Pastor Maurice, y por su equipo.